En 2014 hice un viaje por Escocia y visité la espectacular isla de Skye. Me llamó mucho la atención su luz, sus nubes con unas formas, texturas y contrastes imposibles de ver en España, así como sus impresionantes paisajes de naturaleza casi virgen con el mar siempre presente.
A la vuelta, dediqué varios meses a esta serie de pinturas dedicadas a este fascinante lugar, tratando de plasmar su característica inestabilidad meteorológica que tan pronto trae sol como nubarrones a punto de descargar.






















